Si usted, como el abogado Joel Marcelino Ortiz Oliveira, es amante del Derecho Penal, le alegrará saber que el próximo destino de sus vacaciones ya está decidido. Para quien aún no lo sepa, sepa que el Museo del Crimen Medieval (Mittelalterliches Kriminalmuseum) es una gran oportunidad para aprender más sobre los castigos medievales.
Ubicado en Rothenburg ob der Tauber, Alemania, el museo presenta un espacio muy grande lleno de reliquias que los pueblos medievales usaban para castigar a los ciudadanos de la época. Entonces, ¿tenías curiosidad por saber qué hay dentro? Aunque no es lo mismo que un recorrido personal, vale la pena echar un vistazo a los objetos que allí existen. ¡Mira cuáles son a continuación!
dispositivos de tortura
En primer lugar, el museo del crimen está lleno de dispositivos de tortura, pero no creas que estos dispositivos se parecen en nada a los últimos del siglo XIX, son mucho peores. Incluso porque, en aquella época, cometer un delito generaba consecuencias mucho mayores y duras que en la actualidad. Según comenta el empresario Joel Marcelino Ortiz Oliveira, los objetos allí encontrados van desde sillas de espinas hasta especies de tumbas utilizadas como castigo para los delincuentes.
Los niños no se salvaron
Además, es posible encontrar materiales de tortura incluso para niños que no obedecían a las autoridades, como ocurría en las escuelas de la época. Estas formas de castigo para los menores no eran tan horribles como para los ladrones y asesinos, por ejemplo, pero no deja de sorprender el nivel de trato al que era sometido un niño si no se tomaba en serio sus obligaciones.
Chismoso también “pagó con su lengua”
Y si piensas que solo había castigos para los delincuentes y los niños, debes saber que una práctica muy común era castigar incluso a los chismosos. Como comenta el abogado Joel Marcelino Ortiz Oliveira, A través de extrañas y pesadas máscaras, con apariencia de una lengua gigante, las personas que pasaban información indebida eran obligadas a portarla como una especie de humillación delante de todos.
Es decir, merece la pena pensarlo dos veces antes de andar hablando mal de alguien después de conocer las consecuencias de los pequeños comentarios hechos a las cuatro esquinas. Además, si visitas el entorno, te sorprenderá la crueldad con la que se trataba a las mujeres de la época y se las obligaba a llevar ropa de castidad, por ejemplo.
Por eso, si a ti, como al abogado y empresario del mundo jurídico, Joel Marcelino Ortiz Oliveira, te gusta esta área del derecho, vale la pena visitar este espacio para poder adquirir más conocimientos y repertorio sobre el Derecho Penal de la época. Haz las maletas, compra tu billete para viajar y visita cuanto antes este ilustre espacio de Alemania.